lunes, 8 de agosto de 2011

La vida, es sólo un momento


El cantante Leo Mattioli murió ayer de un paro cardiorrespiratorio en la ciudad de Necochea, según confirmaron fuentes del hospital doctor Emilio Ferreyra de esa ciudad.
La noticia comenzó a circular por las redes sociales ante la incredulidad de la gente. A las 12.46 el canal Crónica TV anunció que el cantante había muerto, pero sin entregar detalles.
El deceso, según consigna Canal 26 Noticias, ocurrió en el Hotel Gala a las 12.07, cuando habría sufrido una “insuficiencia cardíaca”.
Al servicio de urgencia el cantante llegó fallecido.
El referente de la cumbia romántica santafesina, que se presentó varias veces en Catamarca, llevaba varios años con problemas de salud, agravados por su sobrepeso. Murió antes de cumplir 39 años, algo que iba a suceder el 13 de agosto próximo.

Semblanza
Leonardo Guillermo Mattioli nació el 13 de agosto (bajo el signo de Leo) de 1972 en Santa Fe Capital, Argentina. Fue un cantante que interpretó de manera magistral la cumbia con estilo colombiana.
A los 20 años se incorporó como cantante en el Grupo Trinidad y rápidamente alcanzó fama y reconocimiento. Participó en seis trabajos discográficos editados por Grupo Trinidad. También durante su permanencia en el grupo se editaron 2 compilados. Su inconfundible estilo llevó a Trinidad al pico más alto de su historia. Desde entonces, Leo fue reconocido por el público como uno de los más románticos.
En noviembre de 1999, con renovados proyectos y ambiciones decide enfrentar el desafío de conquistar nuevos horizontes e ir en busca del éxito personal iniciando su carrera como solista.
La idea de Leo era formar su nueva banda surgió junto a otros tres músicos que integraban Trinidad: Claudio Mikucauskas (percusionista), Sergio Reyes (tecladista) y Darío Bevegni (acordeonista) sin embargo, esto no pudo ser.
Un trágico accidente automovilístico puso en su camino una dura prueba: en la madrugada del 15 de enero de 2000, mientras regresaban de una gira, en el norte Santafecino, pierden la vida Sergio Reyes y Darío Bevegni. También sufre heridas el conductor y Leo queda en estado crítico, casi al borde de la muerte durante varias semanas. Tuvo que ser intervenido quirúrgicamente y su recuperación llevó más de tres meses.
Durante ese período, Leo mostró su templanza y sus ganas de vivir. Volcó todos sus pensamientos en la composición de letras, que después se transformaron en canciones que plasmó en su primer CD como solista, que lleva por nombre “Un homenaje al cielo”.
Al recordar ese trágico momento, Leo contaba que no precisaban de palabras para entenderse, ya que los unía una gran amistad. Muchas cosas buenas y malas se han dicho durante ese lapso, hasta que el 8 de abril volvió a pisar un escenario, para cumplir con la promesa que se habían hecho, por eso Leo eligió como título de ese CD “Un homenaje al cielo”, porque está dedicado a la memoria de sus amigos. Un Leo casi desconocido, flaco y casi sin poder caminar, grabó aquel primer disco solista que fue un éxito aun antes de salir. Cuando volvió a los bailes dejaba las muletas cerca del escenario y se emocionaba al recordar a sus amigos muertos. Lo maquillaban para disimular las marcas que el accidente había dejado en su cara. Vendió 200.000 placas de este disco.
Leo quiso contar algunas de sus vivencias, y también historias cotidianas de una forma bien palpable, con palabras simples pero que lleguen al corazón del público, que seguramente se vio reflejado en muchas de las canciones. Sobre todas las cosas, se destacan en sus letras historias de amor descriptas de una manera directa, porque según sus propias palabras: “No se necesita frases hechas para definir los sentimientos, amor es mirarse a los ojos y no poder contener una lágrima que cae porque sí, porque es producto de la felicidad de estar con el ser amado”.
Por su talento y su voz inigualable, Leo no sólo mantuvo el éxito a nivel nacional sino que también brilló en otros países de habla hispana.
Después editó un álbum con una recopilación de todos sus éxitos con Trinidad y otros de su primera producción con el cual también superó las 100.000 copias. Cuando se lanzó “Ése soy yo”, con una tirada inicial de 50.000 placas se agotaron en 24 hs.
Con Leo Mattioli, la cumbia santafesina con acordeón y bien romántica, tomó otra dimensión y ahora tiene seguidores en todo el país. Las letras le cantan al amor con una fuerte carga erótica, una constante en ese género que él aprovechó al máximo. “No soy un gran cantante, pero le pongo mucho sentimiento...”, solía decir.
Fue un seductor alejado de los parámetros tradicionales. Lejos de los “carilindos” de la televisión, tenía algo que enloquecía a las mujeres aunque él se mostraba con sus cinco hijos, producto de un matrimonio que inició muy joven.
Con el éxito no se mareó, según cuentan quienes lo conocieron. Rechazó una y otra vez las propuestas de televisión porteña, incluido Showmatch, lo máximo para muchos, y eso que admiraba profundamente a Marcelo Tinelli. Era tímido y lo asumía plenamente. Se transformaba únicamente cuando cantaba.
Si bien mantuvo sus gustos sencillos para la vida diaria, la plata la invirtió muy bien. Tenía una enorme casa en Santo Tomé, un par de autos y varios vehículos para el traslado de la banda.
En sus últimos años, las noticias por sus problemas de salud fueron tan frecuentes como las de sus presentaciones, y lamentablemente, la noticia de su deceso causó mucho dolor pero ninguna sorpresa, ya que estaba delicado desde hacía tiempo.

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